No me voy, hasta el último suspiro de vida

Poseidón  has venido a buscarme.
En marejadas de  oscuras aguas que condenan
y asustan arrastrando los huesos de otra ARCA.

A la inevitable parca.Que nos transporta.

Has venido a sepultarnos por venganza prometida
de impotencia avergonzarte
de un hermano DIOS y elegido
por claridad y templanza.

Por ser un mante engañado,
por los sabios, por los doce,
por los padres;
por los la humana mujer que disputa
dos partes grandes que se enfrentan
por un otro llamado "amado".,

Que esconde tu lastimoso y profundo
destierro  al submundo que espanta.

 Las ánimas de reino, huyen,
y todos parecen entrar e caos,
Mendigos, vendedores de rosas pétreas
aguardan yo emprenda el profético retorno,

Abra los mares y los conduzca al laberinto
de cristales purpuras, azules e índigos.
Donde viví temiendo por mis creados

Ya no recuerdo, pero mi corazón no ha olvidado.

Pero sé que tú sabes de aquel  niño,
que en sus pasadizos, sonrisas brindaba,
Jugando a los cristales florezcan,
y los caminos no tengan huellas.
Adonde esta el temido Minotauro.

Y también jugabas en sus manías
a perderse, a encontrarse..
O simplemente a las escondidas
de un imaginario amigo
y otras escondiendose 
de un hambriento asesino.

Pero siempre alguien lo rescataba.
 Antes que caiga el día... y llegue la noche.


Ninfas, druidas, duendes y hadas lo cuidaban
del temido híbrido,
Otro mostruo verbo
que en leyendas  el niño contaba.

Pequeña mentira, de saberse solitario,
Y el alivio... de un lugar para el esperado
con nombre propio, no nombrado,

Y en su intento ha crecido el vástago
en la promesa cierta de ser protegido por otros,
DEL OTRO.
Que según dicen su voz ya ha hurtado

Espejismos, que lo protegen del temido.

Pero yo soy Un simple Celta en Apuros,
en leyendas griegas que se cruzan.

Y peor en mi batalla solo tengo un nombre,
32 años y a Pandora de Aliada

Tiemblo y siento que mi corazón late sin tregua
Corceles que arrastran el fastuoso carro de Zeus;
sin él, pero con sus amad

Hoy, ya soy un guerrero,
mezcla de celta, minotauro, niño y héroe.
Con heridas de tanta práctica.
PERO de que sirve la razón cuando la que
se avecina es la fuerza del agua.

Ya no me oculto, soy buen nadador,
y a veces me siento mejor siend se acercao viento.
Mas que tierra y la densa oscura que hoy se acerca.

Y aunque ellos me esperan regrese.
Y me salve o los salve.
Esta vez Poseidón, te espero;
Soy hijo del mago,
y he aprendido que no puedo ocultarme
sin ir muriendo y endureciendo la belleza
que por naturaleza me hace amar a otro,
que sabe de este eterno secreto.

Y ya no necesito ejércitos.
Y ya no necesito al padre,
ni a la madre que me alimente,
ni al minotauro que los ahuyente
ni al amado lobo que temía
que hoy está, fiel, esperando.
.
Aprendí en la lucha,
del solitario niño minotauro.-
Sin ser Asesino, salvo su tiempo.
Y el mío.

Heredé la magia, sin tener al mago.
heredé el desamparo de los cobardes
y tuve  de destino el cobijo de las hadas.

El consejo de los árboles,
la plegaria a la luna.

Herede las estrellas que me guiaron
en mis recorridas nocturnas,
buscando alguien, alguien más,
que su nombre
no lo invente el minotauro

Ser bestia e infante del olvido
Piadoso y asesino
del pobre animal que esclavo muere.
En duelo con el niño que su fe pierde
La libertad del híbrido que sin engendrar,
crea un mundo que aun no ha terminado.

Solo en la muerte se nace,
Precoz se hace en hombre
cuando la vida no lo espera
en esos cálidos brazos
del primer amor natura
del segundo mito
y del tercero...
Serás Poseidón tu el encargado.
para sumergirnos en cavernas subterraneas
donde ni Zeus, Apolo o Afrodita
ya pueden rescatarnos.

Solo está el joven Narciso,
esperando inocente formes un lago.
Y como Eco que ya ni  recuerda, quien dijo
EL PRIMER YO TE AMO.
Ni la herida.
Ni la eterna maldición que el niño lleva,
por amor equivocado.
Quizás puedas entender.

El silencio en humilde espera,
de quien sabe la ciencia y conoce al hombre
que aunque en esta tregua muera o viva
será libre del destierro

Y en cósmica ensoñación añoro y lo llamo.
Y como Hadez, en el instante del instante.
ordeno la casa, antes que llegue el invitado.

Y tú, nombre sin nombre;
me dispersas en multiples dimensiones
te encuentro, y te pierdo
en espejismos, que me sostienen
para luego quebrarme en mil pedazos

Y cuando creo la locura me abandona,
en perfecta epifanía alguien me transportas.

Pero a quié escribo?

Poseidón o a Zeus


A ninguno, sino al hombre que
sepa amar con las partes que hoy
acuerdan
una tregua alquimista

Por la promesa que te hice
de cuidar el sello que nos une
en este amor de muchas hebras,
de subidas y bajadas; y vuelos,

Este según recuerdo
sin tu compañía me lanzaba.
Con el veredicto de lo doce
que de amor, de este amor no saben nada.

Y de ese angel cómplice.
que en beso esquivo.
Me dio el recuerdo,
para preparar esta barca
y Posidón me lleve
a tu lado, con la furia
hecha lago,
de un narcizo que no se mira
y un eco que hoy se llama
suspiro de vida.
Suicida me llamaste.

Y quizás por ello Poseidón ha avanzado,
sin que tú aun estés,
cuando el niño ya se ha ido,
ell héroe se retira,
el Padre ya no es humano

Y solo  tus ojos me dan vida,
sin lugar para las lágrimas;
sin lugar para la espera,
de el egoista que pretende
o del necio que no aguarda.

Y aunque me lo pidas amor mio,
Poseidón no detendrá su marcha.

Yo te daré el beso mas ansiado
en tus bellos ojos que hoy me inspiran

SABER que puedo surcar en Dante,
ya no los infiernos, purgatorios o los cielos
sino presentarme y sin miedos
a la "divina comedia" QUE NOS AGUARDA.