sábado, 3 de julio de 2010

ಸಬೇರ್ ದೇ ti


Escribo sin sentido el sentido de la vida
queriendo desnudarte en cada silueta que no me pertenece

Pero te temo, Dios de mis dioses
pues, me enseñaste que soy mortal,
y de tus besos

Dibujando la mitica esmeralada mirada;
que no nos pertenerce
ni a los hombres, ni a los a dioses

Que nos engaña siempre
y nos encarna en la buena sabia;
que recorre por el roble mal herido
de dulces golpes del olvido

Que ya ni contienen los sauces
de la llanura
Que ya ni recuerda mi vieja amiga
la quejona espera

No existes ni en las sombras ni en las luces,
y por eso te amo

Y no se comprende como el amante reconoce su locura
de verse preso en el otro que no ha visto
Pero en pleagrias por tu nombre
Dios sabe he vivido

Dando santo sentido
al poeta que se derrumba
en el hoy mal habido

Me sincero arrepentido
de ser parte del delirio
de tu locura apasionante,
tu belleza sublime
y tus ojos que averguenzan
al fragil ser, que hoy inspiro.




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